Los excesos que se produjeron, los busco la izquierda, los provocó.
Desde 1983, la izquierda puso en nuestro territorio combatientes entrenados y organizados para-militarmente en Cuba, Alemania Oriental y otros países, quienes se dieron a la tarea de realizar acciones fríamente calculadas.
Asesinaron selectivamente, acosaron a soldados y carabineros, en sus cuarteles, en sus vehículos, en sus casas, aun cuando estaban fuera de servicios, internaron armas armas al país, y atentaron en contra de la vida del General Pinochet, todo esto en un contexto que auto-llamaron "resistencia".
¿Resistencia? Matar, destruir, incendiar, ¿Se persiguió a alguien por causa de su raza o religión? ¿Resistencia? cuando el país contaba y conocía el itinerario político que no incluía partidos, pero sí personalidades políticas, que hicieron propuestas y acuerdos.
Hubieron algunas malas reacciones y ajusticiamientos, repudiables acciones, pero nuevamente remarquemos, provocadas por la izquierda, como es el caso de los degollados, Guerrero, Parada y Nattino, fueron descubiertos los culpables, hasta un miembro de la Junta de Gobierno tuvo que renunciar por responsabilidad jerárquica, no obstante la izquierda los ha elevado a la categoría de héroes, cuando esta comprobado que los tres estaban directamente relacionados con las acciones del terrorismo, como coordinadores y ayudistas.
Repudiable el degollamiento, sin embargo ¿no es también repudiable ser cómplice del terror, la violencia y el asesinato?
Con todo, lo ocurrido en nuestro suelo en esta lucha contra el terrorismo de la izquierda, no tiene comparación con la represión contra opositores cuando la izquierda asume el poder total. Basta recordar cuando en algunos de los países bajo el yugo del izquierdismo el pueblo oprimido se alzó, Hungría, Polonia, Checoslovaquia son historia...miles de muertos, y otro ejemplo más cercano, la patética dictadura "castrista".
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